lunes, marzo 28, 2005

Estoy hasta los cojones (acuáticos)

Seamos claros. Anderson no es para todos. Anderson no es para una tarde de multiplex, ni para que te la recomienden tus amigos, ni para que te lleve nadie a verla. Ni siquiera para que te guste.

Anderson es una experiencia íntima. Es un recuerdo atravesado en la garganta de esa familia tuya que te avergüenza. Es una Nochebuena en casa de tus primos. Es una crónica de seres emocionalmente tullidos. Es tragicomedia. Es tristeza. Es infinita tristeza.


3 Comments:

At marzo 28, 2005 7:24 p. m., Blogger Spaulding said...

Pues a mí me gusta. Y mucho. El Anderson debe de ser un primo mío, tullido mental, que cada tres o cuatro Navidades aparece por casa de mis padres con un chorizo en cada mano.

 
At marzo 28, 2005 7:43 p. m., Blogger Dr Zito said...

Espero que no se haya sentido ofendido. Supongo que se leera entre lineas que el primero que se reconoce como tullido emocional soy yo...

 
At marzo 29, 2005 1:02 p. m., Blogger Dr Zito said...

Buff, es que es muy complicado de explicar. Amor-odio es una aproximacion imperfecta a lo me produce el tipo este. Yo que se.

 

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