miércoles, marzo 02, 2005

Idus de Marzo

Hoy les tenía preparado algo distinto. Les quería recetar unos sabores tropicales aprovechando que los Fríos Exteriores y la Madre Patria están hermanados por una vez bajo un manto blanco. Pero no. Bastaron ayer cinco minutos del telediario de TVE (Televisión Exterior) para que me entraran miedos y congojas varias, de tal manera que no les puedo hablar de nada mas que de mi catódica experiencia. Y es que Marzo, pese a lo que me hubiera gustado creer esta siendo tan malo como Enero y Febrero, meses en los que ya doy por sentado que pocas cosas buenas ocurren.

Primero me entero de que el gobierno Exterior esta almacenando dosis inmensas de antigripales porque se teme una pandemia. El plan es que en caso de un brote masivo se clausurarán colegios, cerrarán estadios y suspenderán conciertos. Las medicinas (porque una vacuna no se puede administrar hasta conocida la identidad exacta del virus invasor) se administrarían primero a los trabajadores de servicios esenciales: conductores de autobús (sic), personal sanitario… Más tarde a los grupos de riesgo. No se menciona a los políticos pero seguro que los salvaguardas de la patria serán los primeros en recibir tratamiento (aunque siempre se puede olvidar uno del líder de la oposición). Y es que amigos, el SARS y la gonorrea hace tiempo que dejaron de ser nuestros únicos desvelos. La gripe del pollo sigue ahí, latente, dispuesta a masacrarnos. Las Naciones Unidas advierten que entre 2 y 50 millones de personas podrían morir por su causa (de la gripe, claro). Y es que hace poco los científicos descubrieron múltiples semejanzas entre la famosa “Gripe Española” de 1918 (que liquido a 20 millones y que se sospecha que acelero el final de la Gran Guerra) y la famosa gripe avícola. Aquello, dicen, pudo haber sido solo el ensayo general del Armaggedon gripal que se avecina y que ni el Frenadol podrá contener.



Ahora pongámonos un poco ballardianos y especulemos sobre el impacto de todo esto en nuestra sociedad. Imaginemos un mundo en que los brotes de virulentos microorganismos son comunes, aunque no necesariamente mortales. Aquel sería, en algunos aspectos, un mundo mejor: No habría conciertos de OT, ni centros comerciales, ni corridas de toros, ni parejas de la Guardia Civil. Pero tampoco habría bares de alterne e incluso tendríamos menos sexo que ahora. Desolador. Acabaríamos como los Espaciales de Asimov: Pocos, dispersos, moribundos y muertos a pajas.

Después de este magnifico primer plato, las noticias me ofrecieron imágenes de las manifestaciones en el Líbano y que han provocado el derrocamiento del gobierno pro-sirio. Miles de banderas al viento. No veía tanto cedro desde que mis padres me regalaron el estuche de 48 lápices de colores Alpino. Preguntan a los manifestantes. Son todos rubios y conducen estupendísimos coches. Se exageran las cifras de manifestantes. No puedo evitar ver una sucia mano detrás de la “espontánea reacción del pueblo libanés”. Tan espontánea como en Ucrania.

Como postre emiten una entrevista con la mujer que protagoniza mis sueños (de poder) más salvajes: Condi. Me estremezco, no de placer precisamente, al oírla decir que Siria es un obstáculo para la democratización de Oriente Medio; que está torpedeando el proceso liberador en Irak, en Líbano, en Palestina. Gente que conozco, bastante entendida en estos temas, se apuesta cualquier cosa a que antes de tres años, los Estados Unidos entran en Siria o Irán. Como decían en un capitulo de West Wing que vi hace poco “¿Una vez que empiezas, por qué no seguir hasta que las barras y estrellas hondeen en La Meca?”

A esas alturas Condi ya no me producía ninguna pasión sino mas bien sudores frios y temiendo que aquello fuera un síntoma de la gripe del pollo, me fui a la cama. Y no tuve lindos sueños.



Epílogo: Ya se que no es apolíticamente correcto que un pajero hable de estos temas, pero debe ser que al menos uno de los dos calificativos anteriores no se me puede aplicar. Pero no se preocupen. Antes de acabar, les prescribiré un corto muy corto y acorde con el post de hoy; es tan visualmente arrebatador que le hace uno olvidar los lugares comunes que contiene. Se llama “What Barry Says” y es el primer producto salido de la factoría Knife Party. Está en inglés pero se le entiende todo.




Mañana al Trópico. Lo prometo.