jueves, diciembre 01, 2005

1991: The Year Punk Broke

Hace tres semanas, Way de Ultraplayback, escribía un recomendable post vindicando los derechos del fan del grunge a autoproclamarse como tal sin tener que sufrir las iras de amigos y conocidos o la mirada compasiva de los viandantes. A mi me pareció un acto de valentía reseñable en estos tiempos donde a pesar de no creer en dogmas y metanarrativas, todos trazamos líneas y divisiones de putamierdismo con pasmosa facilidad.

Notaba Way que el grunge (utilizaré la etiqueta sólo un poquito más, no se me enfaden) está ninguneado y eso es absolutamente cierto. Nadie lo elogia. Pero tampoco nadie lo reprueba ni lo vapulea. No es siquiera carnaza de modernos enteradillos. Es un “pasemos a otra cosa”, un “¿de qué me estas hablando?,” un “eso ya no mola”. Para muchísimos el grunge es un esqueleto en sus armarios, como dicen los Frioexteriores, un pasado a ser olvidado, ese pariente medio imbécil al que nunca visitamos. Por ello mismo, hoy quiero hablarles de un documental (¿otro más?) que espero repare el mancillado orgullo de quien haya sido “gruncho” de pro, interese al punkorro de corazón e incluso convenza a los inconvencibles. Ando ambicioso, como ven.

1991: The Year Punk Broke se abre con Thurston Moore, líder de Sonic Youth, rapeando una sarta de incomprensibles majaderías mientras la cámara sigue a Kim Gordon (otra miembro del grupo) y el tipo ese que se saltó la tapa de los sesos bailando al compás, dando vueltas y haciendo el indio en lo que parece una vía de tren abandonada. En un determinado momento, fundido en blanco, y entra la escalofriante Schizophrenia, tocada por Sonic Youth en directo. Un comienzo imbatible.

Y es que 1991: The Year Punk Broke sigue a Sonic Youth durante su mega gira Europea de ese año, en la que fueron teloneados por Nirvana, Dinosaur Jr y Babes in Toyland. El film se compone básicamente de actuaciones en vivo, en especial de Sonic Youth, que justo acababan de sacar su primer álbum en una discográfica major (Goo, el de la portada que han visto en incontables camisetas), y de Nirvana, poco antes de atizarnos el nirvanazo como dice Tones, unidas por secuencias rodadas en backstages, hoteles, ferias y aparcamientos.

Aparte del contenido puramente musical, lo que destaca son precisamente esos momentos de tiempo libre en el que se demuestra la genuina y verdadera actitud punk de aquella gente, en el fondo una panda de estúpidos, iconoclastas, y felices descerebrados como lo podamos ser ustedes o yo. Podrán ver por ejemplo a Thurston Moore gritando a unos alucinados peatones desde la ventana de su hotel "You're not just ducks, you are human, you are human!!!," o a Dave Grohl y Chris Novoselic jugando y desparramando la comida del catering mientras farfullan incoherencias con acento holandés; o al tipo ese que cantaba en el disco de Unplugged in New York arrastrándose por el suelo borracho mientras lleva puesta una bata de médico garabateada con rotulador. Aunque no crean. El documental no es ni mucho menos satisfactorio: Se hace demasiado largo y Moore, quien lleva en cierto modo el peso narrativo de la función, resulta en ocasiones muy cargante. Pero como evidencia histórica (aparece también Joey Ramone) es de un valor incalculable y es de obligado visionado, aunque sea de manera tangencial, para los que vivimos esa época.


Porque, ¿qué queda de todo aquello casi 15 años después (¡uf!)? ¿Qué nos queda? Tan solo la imagen deprimente y consumida del suicida que la MTV (makes me wanna smoke crack) o Geffen tratan de vendernos en libros, cofres y recopilatorios (bueno, y también queda Dave Grohl haciendo discos cada vez más insoportables) y que se resume en que para que a uno le guste el grunge (esta es la última vez que utilizo el término) ha de estar saturado hasta las cejas de demonios interiores. Pero aunque eso sea en parte cierto, me niego a aceptar una versión tan parcial y mínima de la historia.

Miren. Diré sin arrepentirme que aquello podía haber sido y no fue, como en tantos otros casos, una revolución. Una revuelta. Fue un momento de intensa agitación en el que sin embargo, nos puede parecer ahora soprendente, la juventud no se encontraba mucho más alienada o deprimida que ahora; no la visitaban más demonios ni se enfrentaba a muchos más problemas de los que nos visitan o a los que nos enfrentamos nosotros. Pero lo miembros de aquella generación, o aquellos yoes nuestros del pasado, consiguieron expresar su descontento con el mundo abrazando una música que les representaba y les servia para expresar el desconcierto que les paralizaba. Una música que no era mucho más que una reelaboración más introvertida y dolorosa de la furia destructora del Nevermind the Bollocks (porque no estaban los tiempos para hostias, literalmente). De hecho, en uno de los mejores momentos de la película, Moore cuenta como Motley Crue había tocado hacía poco Anarchy in the UK en un estadio frente a ochenta mil personas: “El tipo no tenía ni puta idea de lo que estaba cantando, pero el hecho de que fuera esa canción y que todos la coreasen, eso significa algo.” Que aquel llamado a liderar esa revuelta resultara ser la persona menos indicada para hacerlo y acabara arreándose un escopetazo entre ceja y ceja (el pobre ni siquiera quiso ser el vocalista del grupo en un principio) parece totalmente lógico desde la ventajosa perspectiva que ofrece el paso del tiempo (al fin y al cabo, todo consistía en revolverse contra las llamadas paternalistas a la responsabilidad). Pero eso solo importa hasta el punto de haber precipitado el fracaso al que aquel intento, como todos desgraciadamente, estaba abocado.

Homer vs. Sonic Youth

Desempolven sus viejos discos o libérense de sus prejuicios. Recuerden siempre que fue al terminar todo aquello cuando la música casi sin excepción comenzó a sonar remasticada. Cierren los ojos y presten atención únicamente a lo que escuchen (estos consejos se pueden aplicar hasta a Raphael, pero es necesario llegar a esos extremos). Y no sientan vergüenza de ser grunchos o punkis o lo que quiera que ustedes sean.

18 Comments:

At diciembre 01, 2005 10:35 a. m., Anonymous Anónimo said...

Ay, puñetero, ay... usted ha hecho trampa... usted no ha hecho un post sobre el grunch...

 
At diciembre 01, 2005 10:51 a. m., Blogger Kelzor said...

Dios, doc, no se como lo hace pero siempre que me paso por aqui me deja al borde del orgasmo. Siga asi.

 
At diciembre 01, 2005 11:32 a. m., Blogger Zoibberg said...

Ainsh...donde han ido a parar nuestros "antiguos yoes" grunges..Que lejos quedan aquellos dias en que la MTv programaba rock a todas horas... Gran Post, Zito. Aunque yo nunca me avergoncé de reconocer mi grunjismo.

 
At diciembre 01, 2005 12:11 p. m., Blogger Dr Zito said...

Tones: Pillin, expliquese y pegueme!, pegueme!

Beat henrique: Suelen decirmelo a menudo, si ;)

 
At diciembre 01, 2005 2:04 p. m., Anonymous Anónimo said...

¡KURT COBAIN! ¡KURT COBAIN! ¡KURT COBAIN! ¡KURT COBAIN! ¡KURT COBAIN! Ahora aparecerá a través del espejo y os cantará a todos la versión del Incesticide de Polly (la lenta) con la voz más lastimera de la ultratumba.
---
¿Al borde del orgasmo? Jo jo jo, yo nunca he dejado a una dama en esas condiciones.
Ni a un hombre.

 
At diciembre 01, 2005 2:10 p. m., Anonymous Anónimo said...

Por cierto, dice usted que no se ningunea ni se desprecia a los Grunges de antaño... pero eche un vistazo a los estandartes del movimiento de entonces, mírelos hoy en día. Un Chris Cornell yendo por la vida de salvador del rock&roll para nenas, a aquellos Silverchair consumidos por la dronga y el ego desmesurado del cantante megalómano y a los Sonic Youth haciendo música de ascensor. Por no hablar del citado Dave Grohl, o el desaparecido Novoselick, que dejó la música por incomprendido (sic) y hoy en día es charcutero o podador de setos en una residencia para caniches de la tercera edad.
Hasta ellos mismo huyen como ratas de su propio pasado.

 
At diciembre 01, 2005 2:20 p. m., Blogger Aura said...

A mí me gusta Raphael :(

xD

Bueno, no hace tanto que las calles estaban llenas de teenagers con las camisetas de Nirvana y demás. ¿O si hace mucho? (oh, no).
El caso es que todos los que lo escuchaban deben estar muertos, porque pocas veces alguien lo reconoció ante mí. Debió tratarse de una generación que se autoaniquiló xD
Yo como no tengo prejuicios conmigo misma, puedo decirle que hasta escuchaba a Pearl Jam xD
Un saludo

 
At diciembre 01, 2005 3:25 p. m., Blogger Dr Zito said...

Aura: A mi tambien. El antiguo Raphael, se entiende. Lo que pasa es que hay que esforzarse mucho para evitar imaginarselo contoneandose.

Y por cierto, Ten de Pearl Jam es un hito en la historia del Rock como lo puede ser Highway to Hell. Y me quedo tan ancho.

Casimiro: Amen a sus palabras. Pero cabria preguntarse si la decadencia de esa gente es suya propia o inducida por una industria que les dio la espalda porque se aburrio del juguetito.

 
At diciembre 01, 2005 5:07 p. m., Anonymous Anónimo said...

No, no, Zito, si a mí me ha gustado el post. A mí el grunch (que Sonic Youth no lo son en un sentido estricto, creo) me parece una música triste en el sentido etimológico del término, que no me transmite nada positivo, y eso es un coñazo. Prefiero cosas más intrascendentes antes que ese dolor impostado y la mayoría de las veces abstracto, que es lo que, creo más me impide capuzarme en esto. Es como muy "Estoy triste porque sí", y yo es que no soy así. Yo suelo estar triste por motivos concretos, por eso esta pesadumbre existencial me parece una gilipollez.

PERO también conozco gente que se pone triste porque sí, y me parece todo estupendo, así que, vale, no tolero a Pearl Jam por pesados, pero oiga, las melodías de Nirvana no las hace cualquiera. Por muy deprimido que esté.

O sea, que yo digo NO al grunch, pero SI a su post. Anda que no le ha salido bien la jugada.

 
At diciembre 01, 2005 10:56 p. m., Blogger Dr Zito said...

Tones, hombre, le agradezco mucho sus palabras y su palito tambien. Que el rifirafe hace falta.
Se que no lo convencere de nada, dios me libre. Pero mi proposito con el post era argumentar que no todo era tristeza porque si. Que aquello fue esencialmente punk y rebelion pero de un modo introvertido. A mi eso no me parece nada abstracto, pero oiga, entiendo que no sea del gusto de todos.
Aun asi, yo es que tengo la sensacion de que pensar y decir que el mundo es una caquita esta mal visto.

 
At diciembre 02, 2005 2:14 a. m., Anonymous Anónimo said...

Pues yo creo ver cierta belleza, o justicia poética si quieren, en el hecho de que el grunge haya acabado cayendo en el olvido. Un tiro a bocajarro en la cabeza del que se consideraba su mayor representante me parecía un gesto demasiado grandilocuente para poner punto y final a algo que nació por y para la desesperanza. Efectivo, sí. Pero este espiral de autodestrucción, desconcierto y desorientación en el que ha acabado es en el fondo tan grunge en sí mismo, que no se me ocurre un final mejor.

Dicho esto, no creo que tenga que desempolvar los discos de esa época. Nunca acumularon demasiados ácaros en su superficie. Me parecen tan escuchables ahora como lo eran cuando el bello suidida paseaba por ahí con su camiseta estampada con un alegórico "Grunge is dead"... Pero debe ser que aun sigo siendo una 'feliz descerebrada' :P

 
At diciembre 02, 2005 6:21 p. m., Anonymous Anónimo said...

Recuerde mis palabras, Zitín: El grunge volverá en el 2010. Las modas vuelven cada 20 años: en los 80 se llevó lo 60, en los 90 lo 70, en el 2000 los 80, y Pearl Jam en 2010.
Y si no, ya hablaremos.

 
At diciembre 04, 2005 10:32 p. m., Anonymous Anónimo said...

Estaría bien que el grunge volviese, como dice Pussy, y me tuviese que tragar mis palabras. Pero sinceramente estoy más de acuerdo con Tones: en este "movimiento" (que habría tela que discutir acerca de si había o no algo sólido entre estos grupos) de niños bien, de hermosos nenes del primer mundo con todas las necesidades cubiertas, la tristeza y la depresión de su música es un ejercicio bastante estéril y abstracto. Y, qué decir de ese suicidio. Más que justicia, fue una putada. El resto de mensajeros de esta "revuelta" se quedó sin nada que decir, así, de sopetón. No sé, no sé, hoy hasta mi abuelita sabe qué era el punk, pero... sabrán los abuelitos de dentro de veinte años qué era el grunge?

 
At diciembre 06, 2005 1:49 p. m., Anonymous Anónimo said...

¡Y dale!, qué manía con tildar sistemáticamente de triste y depresivo al grunge. ¿Acaso soy el único que piensa que las letras (oh, inexplorado baluarte de la incognoscibilidad xenolingüística) encerraban en realidad mucha más ira que melancolía?
Venga, los Melvins, sus canciones más lentas le dejarían las orejas temblando a Jimmy Page.
Venga, todo el Vitalogy, de arriba a abajo son catorce pistas. Dos canciones tristes, tres directamente marcianas... ¿y el resto? Golpes, ruido, rasca-rasca y punchi-punchi.
Venga, ¿acaso no es In Bloom, por poner un ejemplo que conozca todo el munco, un ejercicio de sentido del humor a cargo de (oh!) Cobain y Novoselick?

Es muy facil parcelizar los campos de la memoria para recoger el trigo que más le gusta a nuestros propósitos.

 
At diciembre 06, 2005 1:53 p. m., Anonymous Anónimo said...

Y no está usted diciendo nada postivo a favor del punk, una musica supuestamente rebelde y alternativa, declarando que su encantadora abuela lo conoce.

 
At diciembre 06, 2005 5:39 p. m., Anonymous Anónimo said...

Fantástico su post, Doc. Me ha emocionado.
Como usted dice, la música cambió tras la muerte del fenomeno, se volvió menos auténtica, menos pura.
De hecho el grunge ya fué un movimiento bastante mediatizado provocado por la competecia U.K VS U.S.A.
Pero al menos lo que nos vendian era bastante digno y creible, y era punk, no como ahora, que no hay quien se lo trague. Nos han vuelto totalmente escepticos.

Imagínense si se creara ahora este movimiento, todo serian anuncios mtv tipo "be grunch"...prototipos de grunchis O.T. etc etc.

Creo que el grunge fué el último movimiento músical auténtico...ya veremos que pasa ahora.

Felicidades y gracias.
Es curioso porqué yo publiqué aquel post recogiendo el testigo de un post de Surfer Nazi que se llamaba cree su propia banda de rock alternativo...y la cadena ha sido muy chula.
Un abrazo

 
At diciembre 06, 2005 10:26 p. m., Anonymous Anónimo said...

Qué bonita es la trans-textualidad (no confundir con la trans-sexualidad)!
Casimiro, casi estoy por darle la razón. Los tristes y abstractos son los post-rockeros. Pero no me puede usted negar que esa ira sin mensaje se nos ha quedado un poco estéril...
Ya digo, ya digo, ojalá me equivoque.
Mi abuelita, además, no sabe mucho de punk, pero sí puedo afirmar que dejó una impronta cultural (sí, alternativa, contra-cultural, mejor, lo que quiera usted) necesaria e inalienable.
Viva el grunge! Muerte al grunge! Yo me quedo con Sonic Youth: viejos y calvos, siguen emocionándome.

 
At diciembre 08, 2005 10:38 a. m., Blogger Dr Zito said...

Way, encantado. Ha sido un placer.

Hyper-mellancholic, mi Tortoise ni me la toque, eh? Tristes, abstractos, lo que hay que oir...

Pero le perdono porque le gustan Sonic Youth.

 

Publicar un comentario

<< Home