Forbidden Love
Forbidden love, are we supposed to be together?
Forbidden love, forbidden love
Forbidden love, we seal our destiny forever
Forbidden love, forbidden love
Forbidden love, forbidden love
Forbidden love, we seal our destiny forever
Forbidden love, forbidden love
Madonna, Forbidden love.
Dedicado a todos, todas.
No. No vengo a hablarles del tema de Madonna con el que por fin ha abrazado la pista de baile y que merece a todas luces una nueva versión de los chicos de Ciccone Youth.
¿Sirve de algo ser obsequioso, generoso, valiente, entregado? ¿Estamos condenados a contemplar como todo se rompe? ¿Fragmentos? ¿Ruinas? ¿Piezas? ¿Luchamos contra una disgregadora e irresistible fuerza?
Me niego. No quiero tener más miedo. Ni al cambio ni a la permanencia. Los finales felices existen. Hay esperanza. No hace falta ninguna fe. Ningún salto en el abismo más allá de la certeza. Quizá sólo aferrarse a todo lo de arriba como a una tea en una tormenta y tomar las elecciones honesta, sincera, verdaderamente. Las que sean.
Siempre no son solo siete caprichosas letras.
(Veinte.)